Naciste con un potencial infinito, amabas a tus padres y ellos te amaban incondicionalmente. El concepto de “faltarte algo” no existía para ti.
Cuando eras un niño experimentabas y usabas tu creatividad al máximo. Podías pensar por ti mismo y tenias curiosidad para conocer tu mundo y crear tu propia realidad. Cuando ibas creciendo empezaste a cuestionar el mundo alrededor de ti. Pero cuando entraste a estudiar tu creatividad y forma de pensar fueron robadas por tus padres y profesores.
En la escuela te enseñaron a repetir información sin cuestionar nada. Perdiste el derecho a pensar por ti mismo. Fuiste ridiculizado por tus compañeros cuando presentabas ideas ajenas a las establecidas, cuando vestías diferente a lo que estaba de “moda”. Y PERMITISTE que la mentalidad de grupo te robara tus decisiones y acciones personales.
Empezaste a hacer lo que te dijeran por miedo a las consecuencias de lo que podría pasar si no las obedecías.
Te gusta ser gobernado por el miedo? Tú empezaste a ser juzgado y aprendiste a juzgar a los demás. Tus opiniones fueron formadas a través del uso de programación televisiva (no se llama programación por nada).
Fuiste distraído con muchas cosas (futbol, musicales, reinados de belleza) para que no cuestionaras la realidad de tu alrededor. Te mantuvieron (gobernantes, jefes) ignorante para manipularte.
Inclusive las noticias que escuchas de tu país y del mundo son manipuladas para que nunca sepas la verdad. Ellos (los dueños de los medios, son tus mismos gobernantes) manipulan la información a su conveniencia.
Te engañaron y crearon falsas ilusiones cuando te dijeron que con tu voto estabas creando cambio. Te defraudaste cuando te diste cuenta que todos los gobernantes son los mismos.
La religión te enseño a adorar un Dios que estaba fuera de ti. Sin tu darte cuenta que Jesús dijo “el reino de Dios está dentro de ti”. Te manipularon haciéndote creer pecador y cobrándote el diezmo. Te amenazaron con el infierno para mantenerte sumiso. Sin darte cuenta que Dios es amor y no un ser castigador y rencoroso.
Creciste infeliz con tu situación y te dijeron: “la vida es así, acéptala”. Te dijeron que para hacer dinero se tenía que trabajar duro y sufrir con resignación. Mientras los gobernantes y jefes se hacen ricos sin sudar y sin esfuerzo. Te engañaron para mantenerte pobre y sufriendo sin protestar. La iglesia también colaboro en ese engaño: “bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos”. Mientas la iglesia se hacía más rica cada día, creando colegios privados donde los pobres no podían asistir.
Ahora estas adulto y empiezas a programar a tus hijos con la misma información que te enseñaron. Repitiendo tus hijos la misma historia tuya. Tu decisión de desprogramarte de lo que te enseñaron es la diferencia entre una mejor vida para ti y tus descendientes o seguir perpetuando la esclavitud que ha llevado tu familia por generaciones.
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