Te
programaron con una cultura, nacionalidad, religión, comida, orientación
política y hasta con cierta forma de ver la vida. Todas esas programaciones mentales han creado la
persona que tu supuestamente crees que eres. Porque tu no eres lo que crees que
la mente te dice que eres. Tu eres un ser más superior que ni la mente te puede describir. Tu eres un
ser espiritual que está por encima de cualquier forma física o mental.
Sal de
todas esas limitaciones mentales. Tu eres un ser que pertenece a todo el mundo.
Tú eres un habitante del mundo, no solo un habitante de tu pueblo o país. Todo el
mundo te pertenece. Esas programaciones mentales que hablan de territorios, idiomas,
nacionalidades, religiones únicas, divisiones políticas, platos típicos y
estratos sociales son creadas por la mente del ser humano. Y lo peor es que limitan
tu vida. Rompe con las limitaciones mentales que te han impuesto tus padres,
medios de comunicación, líderes políticos y religiosos.
Recuerda
cuando tu viajas a otro país no puedes ver la línea fronteriza que divide los países.
Esa línea solo está en la mente de los gobernantes y en un pedazo de papel.
A partir de
hoy, trata de conocer otras culturas usando el internet o leyendo un libro que
trate acerca de una cultura que siempre has querido conocer. Conviértete por un
mes en hincha de tu equipo rival, come algo de una región o país diferente, lee
un libro espiritual de otra religión distinta a la tuya. Atrévete, a salirte de
los límites mentales que te impusieron. El mundo es demasiado grande para que te
pierdas la oportunidad de conocerlo y disfrutarlo.
No te
identifiques con un solo país, tú eres un habitante del mundo entero, se parte del mundo y todo lo que ofrece.
Tranquilo que no vas a perder tu “identidad” al contrario vas a ganar tu “identidad
natural”. Aprende a ver las personas como seres humanos no como etiquetas:
católico, budista, musulmán, gringo,
Colombiano, Mexicano, conservador, demócrata, republicano, etc.
Cuando tú
te liberas de esas cadenas mentales impuestas por los demás, empiezas a ser tu
mismo, empiezas a conocer la verdadera libertad que sólo escuchabas en cuentos
de ficción. Sólo una persona libre de programaciones y limitaciones mentales
puede decir que ha vivido la vida propia y no la de otras personas.
Empieza a identificar como tu mente siempre
esta calificando y encasillando a las demás personas que tú vas encontrando en
la calle. Por ejemplo, tu mente te dirá esta persona es de este pueblo, ciudad,
región, país, cultura, etc. Cuando ya entiendas como funciona tu mente, empieza
a observar la gente sin calificarlas solo obsérvalas como seres humanos que
comparten contigo este planeta llamado tierra.
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